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7 oct 2012

TRES ESCRITORAS PARA UN RANQUEL por Carmen Nani

Indias Blancas- Primera Parte 
Realmente es un placer cuando empezamos a leer una novela a través de la cual, sin darnos cuenta perdemos la noción del tiempo al ser transportados a otra época, en la que los personajes, aunque algo estereotipados, nos sumergen en una marea de sensaciones que daríamos cualquier cosa por protagonizar. Esto fue lo que experimenté cuando comencé Indias Blancas de Florencia Bonelli. Corre el año 1873 y la sociedad porteña se consolida alrededor de las familias con apellidos ilustres. Laura Escalante, hija de un general de la Nación, es una bellísima joven con ideas claras y fuertes convicciones. Cuando viaja a Córdoba para atender a su hermano enfermo, conoce al indio ranquel Nahueltruz Guor y su vida cambia para siempre. Un amor irrefrenable, enfrentado a todos y a todo, incluso a ellos mismos, los hace transitar años dolorosos, llenos de aventuras, desencuentros y acción, en el marco de la épica lucha entre indios y blancos que ha definido nuestro país desde entonces. una historia de indios y mujeres cautivas. De blancos embriagados por sus ansias de dominar el territorio por encima de los indios del sur, sin respeto por sus costumbre o tradiciones, en nombre de una mentada civilización. Es la crónica de mujeres que se animan a tomar el camino de sus deseos más profundos. Indias blancas es, sobre todo, la historia amores que no conoce límites.
Leyendo la vida de Laura Escalante, pero sobre todo la de su tía Blanca Montes, no pude evitar rememorar otra historia, situada en el mismo momento histórico y en una geografía muy similar: Córdoba y un paisaje compartido. Me refiero al Revés de las Lágrimas de Cristina Loza. Damiana, joven, bella y enamorada, es mimada por su padre, próspero comerciante cordobés, por su madre y por su niñera, la mulata Nazarena. El casa­­miento con Conrado, el amor de sus sueños, completa el cuadro de felicidad y plenitud. Celebrada la boda, los recién casados parten a la estancia de frontera que será su hogar. Pero inesperadamente un malón los ataca, y se lleva a Damiana, quién cautiva en el desierto ranquel intenta construirse un nuevo destino a partir del dolor. En su increíble capacidad de amar y ser amada se cifra su única salvación. Es la crónica de una familia que guarda celosamente sus secretos, secretos que irrumpen con fuerza en los momentos más inesperados. De una sociedad pacata que no perdona a los que osan transgredir sus normas. Entonces, irrumpe con fuerza en mi memoria el mismo retrato de esa sociedad hipócrita y sofocante, represora especialmente en cuanto a la figura de la mujer se refiere.
Como vivido Cien Veces
Como vivido Cien veces de Cristina Bajo. El escenario es también la provincia argentina de Córdoba de fines de la década de 1820. Luz María Osorio, hija de una familia tradicional cordobesa, es la mujer, al igual que Laura Escalante en Indias Blancas, bajo cuyo hechizo caen los hombres. La historia de Luz María Osorio funciona como hilo conductor de la trama de la novela. Su nodriza negra, Severa, será la encargada de acercar a la joven, a través de leyendas recreadas junto al fuego, a un mundo de indios y soldados convertidos en tigres, ánimas protectoras de los vivos, sueños premonitorios e hidalgos muertos a manos de los Ranqueles. La figura de Severa, la nodriza negra, mas madre que nodriza, es áncora de los secretos más íntimas de su niña, y en ocasiones juega un rol crucial en en el desenlace de los acontecimientos. Ésta hada madrina de color, se repite en Indias Blancas a través de María Pancha, y en El Revés de Las Lágrimas, a través de Nazarena.
Luz es una joven diferente a las jóvenes de la sociedad de la época: rebelde, transgresora, segura de sí misma y con un fuerte compromiso con su tierra. A pesar de su rígida educación familiar y de los prejuicios sociales de su clase y de su tiempo,

Luz se ve arrastrada por una pasión inaceptable y tiene un romance secreto con un   aborigen - ¿Ranquel quizás, como el de Laura y Damiana? - que termina en forma trágica. El honor de Luz, por supuesto, mancillado. Tan mancillado como el de las otras dos heroínas. Sin embargo, y por fortuna y alegría de los que vivimos como propias estas odiseas, no siempre se trunca la resolución de estos amores apasionados.
Siguiendo con la novela de Cristina Bajo: en una sociedad tan pacata y tan intolerante, la misma en las tres novelas, este amor la condena al escarnio social y al castigo familiar. Sin embargo el destino le brinda una alternativa inesperada que la libera de un futuro que prometía ser poco alentador. A través de un precipitado y poco convencional casamiento con un próspero comerciante inglés, Luz puede escaparse de las limitaciones de la opresiva sociedad patriarcal y comenzar una nueva vida. Una vida que, obviamente, va a estar condicionada por los violentos episodios que conmueven al país.
Envuelta en una atmósfera sensual, Indias Blanca. Regida por una exactitud histórica, Como Vivido Cien Veces, y sin escapar del tono poético, El Revés de las lágrimas, las tres novelas nos cuentan las historias de tres mujeres que revisten características similares: son indómitas, audaces, románticas, y aman intensamente a un Ranquel. Lo que sí es innegable que tanto el cacique Mariano Rosas y su hijo Nahueltruz reúnen las cualidades tanto físicas como morales que los hacen irresistibles para cualquier mujer, inclusive para una mujer de nuestros días.
Tres escritoras magníficas que abordan el mismo contexto histórico, social y político. Que eligen el mismo escenario: Córdoba. Que nos presentan heroínas que se asemejan en la lucha por sus derechos… las tres plantean como tema subyacente la unión indefectible entre el pueblo aborigen: los Ranqueles y eso otro, que pretende los dominar.  Tres novelas, unas más románticas, otra quizás no tanto, pero las tres innegablemente históricas. ¿Será la tendencia de nuestro tiempo, el que mujeres escritoras aborden la historia de nuestro país? Mientras posean la calidad de éstas tres, creo que siempre tendrán un lugar destacado entre nuestros libros más queridos.

¡Hasta la próxima!

Carmen

7 comentarios:

titiceballos dijo...

Querida Carmen no hacés otra cosa que alimentar a tus seguidoras a volar a la librería y adquirir semejante historia!
Todos tus relatos tiene un tinte especial que nos alegra el corazón de cosas lindas por venir!
Gracias amiga,felicitaciones!tus palabras siempre llegan a ese rincón nuevo de la felicidad,la de las letras! Titi

Piel de lechuza dijo...

Querida Titi,
Si he logrado despertar el duende de la curiosidad en tu espíritu-arte, me doy por satisfecha... Tus palabras, siempre tan generosas son un "extra" que te agradezco de corazón. Un beso
Carmen

Anónimo dijo...

A Luz, Osvaldo y Belén les gusta tu artículo....

Angelina dijo...

Hola Carmen!...
Me alegró tu llegada, con el blog que te muestra activa, creadora incansable y súper lectora. Leí tus cuentos cortos, excelentes. El péndulo, especialmente, muy bueno. ¿Cómo siguen tus proyectos, tu novela? Un fuerte abrazo, y hasta pronto. Angelina.

Celesta dijo...

Hola Carmen. Estuve leyendo tus cuentos y me encantaron. Te felicito. bssssss

Piel de lechuza dijo...

Gracias Celeste!! Que gusto y bienvenida al blog!Ojalá nos sigas leyendo... ¿Cuál fue el cuento que más te gustó?
Un beso
Carmen

Piel de lechuza dijo...

Cuánto entusiasmo, Angelina! Gracias!!
El Péndulo es también uno de mis favoritos!!!
Muchos proyectos... la novela...esperando para ser publicada!!
Un beso
Carmen